viernes, 25 de noviembre de 2011

Chernobyl's tour o el timo de la estampita

Este verano, una de las cosas que quería hacer durante la incursión ucraniana era visitar Chernobyl. Hacía 25 años de la explosión del reactor cuatro y parecía una fecha bastante especial como para intentar visitar la zona.
Gracias a mi amiga Lurdes, conseguí contactar con Lilia (ella es de Pripyat y tenía un año cuando pasó todo). Empecé a mover hilos para ir, pero todo era muy complicado y lento. Al final encontramos un "tour Chernobyl" y decidimos probar Cristina, Piluca y yo. Y allá que fuimos.
Ni decir tiene que visitar un lugar "abandonado", donde hubo una tragedia de tal magnitud, secretismos de estado por intereses políticos inherentes a un régimen como el soviético y en donde se obligó a la gente a huir pues tiene muchos puntos a su favor como "lugar morboso". Por otro lado, plásticamente hablando, es un lugar ideal fotográficamente hablando: naturaleza que come construcciones creadas por el hombre, rastrojos, materiales en descomposición, paredes derruídas e incluso muñecas abandonadas en lo que un día fue un pavimento. Sin embargo, más allá de sobrecoger, uno tiene la sensación de ser el pardillo del "Timo de la Estampita", donde las cosas no son lo que parece o están "preparadas" para suscitar ciertos sentimientos. Todo esto sumado al papel del guía local que no explica lo que "no se quiere explicar", y al que si le preguntas "ciertos temas"(Piluca es muy dada a esto)se sale por la tangente. Lo más hiriente fue el final del "tour". En un momento dado el guía dijo literalmente: "Ahora vamos a darle de comer a los peces". Uno piensa que igual es una expresión hecha y significa otra cosa, pero cuando se da cuenta que hay el guía lleva una bolsa llena de pan y de repente el autobús para en el "laguito" al lado de la planta, la gente baja y empieza a tirar pan a unos peces que se adivinan bastante grandes (sin ningún tipo de explicación previa sobre los peces), te das cuenta que la cosa iba en serio.

Lo más curioso es que todos los ucranianos con los que hablé durante las tres semanas que estuve en el país, no entienden el porqué alguien puede tener interés en ir a ver eso o remover la herida porque ellos sólo quieren olvidar.
Esta es Lilia en Kiev. Sin duda el mejor recuerdo que poseo de toda esta historia relacionada con Chernobyl.
Como apunte, creo que lo más interesante que puede uno encontrar es que hay gente que sigue viviendo allí en un régimen de alternancia con otro lugar que no esté "contaminado". Lurdes Basolí hizo un reportaje hace 5 años llamado "Los Fantasmas de Chernobyl". Otro fotografo que ha trabajado este tema y que os invito a que conozcáis, si no lo conocéis, es Guillaume Herbaut

Como podéis ver, y a pesar de todo lo que digo,no pude contener las ganas de hacer fotos allí (Todas las imágenes Blanca Galindo)


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